“Riccardo è impazzito”

Hoy se cumplen veinte años de la caída del Muro de Berlín. Recuerdo perfectamente cuando mi profesora de tercero de EGB nos enseño días después del derribo un trozo que había conseguido del muro. Todos la mirábamos sin entender muy bien cuál era el significado de aquel pedrusquillo y ella insistía en que había cambiado el rumbo de la historia.

Veinte años después rescato de entre los especiales que los medios de comunicación han preparado con motivo del acontecimiento, el testimonio de Riccardo Ehrman, corresponsal de la agencia de noticias italiana Ansa en Berlín Oriental. Sí, estoy de acuerdo que los titulares de algunos medios que lo han entrevistado han sido un poco exagerados (“El periodista que derribó el Muro con una pregunta” o “El periodista que precipitó hace 20 años la caída del muro”). ¡Parece que el bueno de Riccardo fue el encargado de mediar entre los dos bloques en plena Guerra Fría o algo así!.



Pero merece la pena ver y escuchar su testimonio. Según relata el periodista afincado ahora en Madrid, a la seis de la tarde de aquel día se iba a celebrar una rueda de prensa “muy importante”. Él llegó tarde y se sentó muy cerca de la tarima en la que se encontraba el portavoz del gobierno Gunter Chebovsky. El anuncio que estaba dando aparentemente parecía uno más entre el goteo continuo de propaganda comunista. Sin embargo, Ehrman intuyó en la forma de anunciarlo y en las ambiguas explicaciones que le estaba dando Chebovsky a sus preguntas que aquellas palabras significaban la caída del Muro de Berlín.

Sigo sin entender muy bien el porqué, pero el hecho es que, según relata Ehrman, a excepción de él, ninguno de los periodistas allí congregados fueron conscientes del alcance de aquellas palabras. Por ello, contactó rápidamente con la redacción de Ansa: “¡Ha caído el muro de Berlín!”. Incrédulo y desconcertado, el compañero que atendió su llamada no pudo más que responder “Riccardo se ha vuelto loco”. Afortunadamente no lo estaba y ANSA dio en exclusiva mundial la noticia que cambio el signo de la historia tras la Segunda Guerra Mundial.